Resumen Conocer al equipo Promover una comunicación eficaz Aprovechar los puntos fuertes de cada tipo de personalidad Adaptar tu estilo de dirección a las necesidades individuales Construir un entorno de trabajo agradable El entorno de trabajo Las condiciones y responsabilidades asociadas a cada puesto La cultura de empresa Recoger información de los equipos Enmarcar positivamente las diferencias Dar ejemplo Valorar los esfuerzos de cada colaborador Divergencia de Tipos de Personalidad: Lo que debes recordar para la gestión de tu equipo
La divergencia de tipos de personalidad es uno de los retos clave que debe superar un directivo para lograr un rendimiento y una cohesión eficaces. Los hábitos de trabajo, los estilos y las preferencias de cada individuo pueden influir significativamente en la dinámica general de los miembros de la organización.
Dicho esto, hay ciertas soluciones que pueden ayudar a conciliar las diferentes personalidades de los miembros de tu equipo y establecer un entorno de trabajo satisfactorio y productivo: ¡sigue leyendo para saber más!
Conocer al equipo
Comprender los tipos de personalidad dentro de tu empresa es esencial para mejorar la gestión de tu equipo. Y para ello, debes empezar por conocer a los miembros de tu equipo.
Esto te permitirá :
- Conoce el modo de trabajo preferido de cada miembro del equipo;
- Descubre y analiza sus modos de funcionamiento;
- Encuentra la forma correcta de delegar tareas;
- Identificar las necesidades de desarrollo de habilidades blandas;
- Determina el miembro cuya personalidad se adapta mejor a una tarea concreta.
Toda esta información permitirá una asociación pertinente y objetiva de los perfiles de los miembros del equipo.
Es habitual que los jefes de equipo coloquen a varios empleados en el mismo proyecto debido a las similitudes entre sus personalidades. Pero, en la mayoría de los casos, este tipo de asociación produce el efecto contrario, ya que sus personalidades son demasiado similares para trabajar de forma complementaria.
Promover una comunicación eficaz
La comunicación es un aspecto importante si quieres conciliar diferentes tipos de personalidad dentro de tu empresa y establecer una gestión eficaz del equipo.
Para comunicarte eficazmente, debes favorecer las discusiones abiertas y sinceras con tu equipo.
Tanto si optas por entrevistas individuales como por reuniones, es importante que las sesiones estén estructuradas de modo que todos los empleados tengan el mismo tiempo de palabra para cada tema tratado. Esto te da la oportunidad de escuchar sus preocupaciones, objetivos, ideas y sugerencias.
Las distintas preocupaciones planteadas por tu equipo no deben ser objeto de críticas indeseables. Si tienes aportaciones que hacer, asegúrate de que se formulan de forma constructiva y alentadora.
El objetivo de la comunicación no es sólo estimular un entorno de colaboración a pesar de las diferencias de tipos de personalidad entre los miembros de tu equipo, sino también facilitar la gestión de tu equipo.
Aprovechar los puntos fuertes de cada tipo de personalidad
Dentro de un equipo, ciertos tipos de personalidad son más adecuados para determinadas tareas que otros. Por ejemplo, un miembro competente en análisis de datos no es necesariamente competente para gestionar un proyecto que requiere creatividad.
Lo ideal es establecer un enfoque y un plan destinados a aprovechar los puntos fuertes de cada miembro del equipo. Al animar a los empleados a aprovechar al máximo sus puntos fuertes, se sentirán más valorados y estarán mucho más motivados para aportar un esfuerzo adicional.
Determinar la fuerza de los empleados también es muy importante en el contexto de la movilidad interna. Esto te permite saber qué miembro del equipo está cualificado para el puesto que hay que cubrir.
Adaptar tu estilo de dirección a las necesidades individuales
Para llevar a tu equipo a trabajar en armonía a pesar de la divergencia de sus tipos de personalidad, debes adaptar tu estilo de dirección a las necesidades de cada uno de ellos.
Algunos miembros del equipo pueden necesitar una supervisión estrecha, mientras que otros pueden sentirse mucho más productivos si se les da autonomía.
A diferencia de la gestión delegativa, que da plena autonomía a los empleados, la gestión adaptativa tiene en cuenta las expectativas, necesidades y demás especificidades de los miembros del equipo. La idea aquí es ser flexible e incluir realmente al equipo en la toma de decisiones.
Aunque aplicar este estilo de dirección puede ser complicado, aumentar la relación con tu equipo y establecer una comunicación inclusiva y eficaz puede ayudar.
Construir un entorno de trabajo positivo
La calidad del entorno de trabajo influye directamente en la actitud de los empleados y en su rendimiento laboral. Un entorno de trabajo agradable, positivo y dinámico fomenta el compromiso y la inversión de los miembros de tu equipo.
Para establecer este entorno de trabajo, debes tener en cuenta varios aspectos:
El entorno de trabajo
Aquí se trata de establecer un entorno de trabajo agradable y productivo. Esto incluye proporcionar el equipo físico necesario (mobiliario, herramientas de trabajo) y políticas de trabajo a distancia.
Además, el espacio de trabajo debe estar óptimamente iluminado. Los servicios como las salas de relajación fomentan la socialización y la colaboración entre los empleados.
Si mejoras estos elementos, sacarás lo mejor de la personalidad de los miembros de tu equipo y mejorarás la gestión general del equipo.
Las condiciones y responsabilidades asociadas a cada puesto
Para crear un entorno de trabajo agradable, los responsables de RRHH también deben garantizar el bienestar de los empleados. Es importante que sus aptitudes generales (soft skills) y su personalidad estén a la altura de las responsabilidades de sus puestos.
Además, la empresa debe ofrecer flexibilidad fomentando la flexibilidad y los deberes para que los empleados consigan un equilibrio entre su vida profesional y personal.
Esto no sólo ayudará a limitar los conflictos relacionados con la divergencia de tipos de personalidad, sino que también reducirá las cargas asociadas a la gestión de equipos.
La cultura de la empresa
Una cultura empresarial sana e integradora da el mismo valor a todos los empleados. Pretende establecer un entorno de colaboración, inclusión y equidad. Promueve la igualdad de género, respeta y valora a cada miembro.
La promoción de los valores de la empresa, los momentos compartidos entre colaboradores y las actividades de formación de equipos son algunas acciones que pueden fomentar la cohesión entre los distintos tipos de personalidad y mejorar la gestión de tu equipo.
Recoger información de los equipos
Hacer suposiciones sobre los distintos tipos de personalidad presentes en tu empresa puede perjudicar tu gestión.
Sin embargo, la aparente falta de conflictos dentro de tu equipo no es necesariamente sinónimo de una buena alineación entre los distintos miembros.
Debes evaluar el ambiente entre los miembros de tu equipo durante las reuniones, en lugar de centrarte únicamente en los detalles prácticos de la reunión. Para ello, dedica los primeros minutos de cada reunión a socializar con tus empleados.
Pregunta por cada uno de ellos y no dudes en hacerles preguntas abiertas sobre:
- Su implicación en el equipo;
- Sus impresiones sobre la gestión del equipo;
- Sus sugerencias para mejorar la colaboración en la empresa.
Enmarcar positivamente las diferencias
La forma en que abordes los tipos de personalidad presentes en la organización determinará sus reacciones y confirmará (o no) la eficacia de tu estilo de dirección. Lo mejor es enmarcar las diferencias entre los empleados de forma positiva.
Por ejemplo, en lugar de decir: «David es un incompetente en la gestión de hojas de cálculo Excel. No sabe absolutamente nada «, es preferible decir «Como David es muy creativo, creo que deberíamos encargarle el diseño de los gráficos que se integrarán en el documento«.
Este cambio, aunque menor en su formulación, puede tener un profundo impacto en el comportamiento del mencionado miembro del equipo, y en la percepción que los demás miembros tienen de tu liderazgo.
Dar ejemplo
Un jefe de equipo es, ante todo, una persona que sabe dar ejemplo.
Debes tener en cuenta que la mayoría de las discrepancias que se observan en los equipos de proyecto son responsabilidad del director, y la forma en que tratas a un solo empleado repercute en la moral y el rendimiento de los demás.
Independientemente de los tipos de personalidad que debas integrar en la gestión de tu equipo, debes demostrar compromiso, sociabilidad y amabilidad. Sólo mostrando tu liderazgo los demás miembros te seguirán y te emularán.
Como directivo o jefe de equipo, te sería útil hacer un test de liderazgo para conocer tus puntos fuertes y los que debes mejorar para gestionar mejor a tus empleados.
Valorar los esfuerzos de cada empleado
Reconocer y valorar los esfuerzos de los miembros de tu equipo son gestos importantes para mantener su motivación a diario.
De hecho, independientemente de los tipos de personalidad que tengas en tu empresa, mostrar gratitud y reconocimiento no sólo mejorará la gestión de tu equipo, sino que también reforzará tus relaciones.
Para ello, debes aprender a celebrar los éxitos, ya sean individuales o colectivos. Concede premios u ofrece recompensas para agradecer a los miembros de tu equipo su implicación y dedicación para contribuir a la consecución de los objetivos de la empresa.
Además, valorar a tus empleados desarrolla la marca de empleador de tu empresa. Y una marca de empleador desarrollada aumenta tus posibilidades de encontrar buenos perfiles.
Divergencia de tipos de personalidad: Lo que debes recordar para la gestión de tu equipo
Para un directivo, la divergencia de tipos de personalidad es un problema que hay que resolver a diario para una buena gestión del equipo.
Aunque es una tarea difícil, es posible tener un equipo unido, eficaz y productivo gracias a algunas estrategias de liderazgo.
Estas estrategias giran en torno a algunos principios inherentes a la vida empresarial. Entre ellos, la valorización del capital humano, la mejora del entorno y las condiciones de trabajo, y la comprensión de las necesidades y expectativas de los trabajadores.
Además de estos principios, son necesarios una buena cultura de empresa y un comportamiento ejemplar del directivo para conciliar los distintos tipos de personalidad de los miembros del equipo y mejorar la gestión.